YA SE HA ACABADO
TODO.
Los humildes
asalariados, sostén, de los que no tenemos que madrugar y de hacer
pocos planes,volverán a madrugar, a enfundarse en su buzo, a coger
la escoba helada, a los que se tienen que colocarse de nuevo en su
puesto frente a la iglesia, en el supermercado, sin horario fijo,
sin futuro alguno. A los pobres de energía tienen el consuelo que
todos los años trae un verano y alivia las penurias.
Los ricos estudiaran
nuevamente los estratos económicos, no sea que les falta para la
supervivencia, revisaran los dividendos y tomaran medidas para que el
beneficio aumente, sea a costa de quien sea.
Más de lo mismo,
año tras año, animales que siempre tropezamos en la misma piedra.
Nuestra felicidad
ficticia de estos cuatro días atosigados de comida, de excesos
etílicos, de risas provocadas, de parabienes obligados, de regalos
inútiles.
Los políticos
enfrascados en disquisiciones egoístas, por no perder las prebendas,
los sillones, las fotos de obligado cumplimiento, que el que se mueve
no sale en ellas. Son ahora ellos los reyes magos los que nos van a
traer parabienes sin fin, futuros esotéricos, fatuos, con el mismo
cuento, con narración iterativa, a la que entramos al trapo como
vaquillas.
Ahora serán los
vocablos más agrios, las distancias volverá a repetirse, las
polémicas más interesadas según en el lugar que cada uno se haya
colocado. Por servicio al pueblo, eso si, frase ineludible en cada
dicho, sin rubor alguno, con discursos elocuentes, y gestos de
seguridad.
Da igual, saben que
sin el mínimo esfuerzo nos tienen sometidos, por nuestra tozudez.
Por eso nada de Año
Nuevo, si iterativo.
Nuestro aguante es
infinito. Así nos va.
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