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Mostrando entradas de julio, 2018

SE ACABÓ TODO

Se ha acabado. Como cada año, quizás con ausencias obligadas, amigos que se fueron ajenos a nuestra voluntad, recuerdos que merman nuestros escasos minutos de felicidad. todos con un año más, con eso de ¡que bien te encuentro!, mentiras piadosas del uno al otro que mantienen la armonía, el olvido del cumpleaños traicionero que todos los nos acompaña como mosca cojonera. No importa, ¡sobreviviremos! Pese a gobiernos de derechas, de izquierdas. Cualesquiera que sean. San Fermín es anarco. No distingue entre giris, ni navarros, ni clase ni raza alguna, por eso es universal. Mañana todos a lo mismo, los jubilaos de vacaciones, los obreros a su tarea, los políticos a sus poltronas. Monotonía cotidiana. Se nos olvidaran los saludos fraternales, el vecino será tan caparra como días antes, ya no observaremos el municipal tan cordial, ni seremos tan condescendientes en el paso de cebra, ni admitiremos pisotones de pasos descontrolados por el culibrí jotero.l Los basureros se tomaran u

el gusto por los animales.

GUSTO POR LOS ANIMALES.- ¿Qué animal cuadra mejor con el hombre o la mujer? El Elefante. con el borracho porque siempre va trompa. La Oca: con las abuelas porque siempre juegan al parchís o la Oca. El Perro. A Perro Mary. La G allina. A los Clo-lombianos. El Gato.- A los gaiteros. El Cuervo. A los curas. Las Vacas. A los de Cuernavaca. El León. A los empollones, que leen mucho. La Jirafa. A los jerifaltes. El Camello. A los jorobados o jodidos. El C iempiés. A los cojos. La Lagartija. A las Lagarteranas. El Sapo. A los italianos que les gusta “sapo-re di sale”. La Picaraza. A los picadores de toros. El Gorrión. A los gorrones. El Pájaro ca rpintero. A los carpinteros. La Salamandra. A los de Salamancra. El Mulo. A los del Mulhacén. El Saltamontes. A los Montañeros. La Hormiga. A los albañiles que hacen mucho hormigón (hormiga grande) El Gato. A

La Pluma

LA PLUMA.- Hoy me he puesto a escribir y resulta que no funcionaba la pluma. La he recargado y sigue sin funcionar. Y he pensado que la tinta podía estar ya pasada, que a lo mejor la pluma estaba despuntada, que… pero no se como no se me ha ocurrido pensar que no tenía nada interesante que plasmar en esa hoja. ¿Conspiración hoja y pluma? Pienso, así como yo hago que hipotéticamente las gallinas ladren, que los perros sean niñeros, que los árboles susurren… ¿porque no le dejo a la pluma, mi pluma, mi servidora, que se explaye? Hasta cierto punto me da un poco de repelús, me acobarda que en esa libertad que le estoy dando, me comunique que en tal fecha le obligué a escribir una serie de necedades, que me empeñé que el circulo era cuadrado, que era maravilloso y que la solución del mundo estaba en mis manos. Un dios con minúsculas. Como en una partida de mus: ¡órdago! Y salga el sol por “ande quiera”. Considero suponer que ante tal tesitura ella se encontraría angustia