DADME
SOLO UN SEGUNDO.
Es
cada vez que la vida me permite meditar, rebobinar ciclos atrás ,
recodar con melancolía el ayer sin posibilidad ninguna de
reconstrucción idéntica, meditar sobre un futuro sobre el que no
tengo injerencia alguna. no sé cuando voy a morir, cuando la suerte
de una lotería va a cambiar mi ruta, un buen trabajo, una herencia
relajante, una consideración social o política extraordinaria
reconsiderada, un futuro inaudito, inconsciente, mi existencia se
encuentra inmersa en una vorágine de dudas, de saber que en todo
cuanto acontece su participación activa va a estar condicionada a
modas, intereses económicos sin escrúpulos en el uso de la mujer
como florero en acontecimientos de gran élite, ¿sabedoras? de que
su ejemplo va a llevar a muchas gentes a la anorexia, a gastos
superfluos que hundirán familias a depresiones anímicas, por
economía o valores “morales”. De modelos de vida que nada tienen
que ver con mi “programa”. Mensajes sublimados para mis
vacaciones, de mi sistema de tomarme la vida, incluso de mi manera
de pensar, con proclamas políticos, económicos, incluso
existenciales.
Me
atosigan con con inventos nuevos, con dietas maravillosas que
prolongaran mi felicidad, mis años de vida, contradictorias unas de
las otras, sin darse cuenta tal vez de que en ese instante realizo
algo interesado, porque mi vida es un instante, el momento justo.
¿Alguien
tiene o puede darme la garantía de que sus valores son ciertos?
Hablamos
del futuro como si fuera algo nuestro, intrínseco, como si fuéramos
dueños del “luego”, sabedores por experiencia de que nada está
en nuestras manos, de que todos nuestros proyectos se pueden ir al
carajo por la más ingenua nimiedad.
Las
ideas, los croquis son buenos en tanto están en nuestro cerebro,
pero tal vez el tanto pensar nos priva de ese instante, de ese
“ahora” real, bueno o malo, y nos obvia el santiamén de nuestro
vivir real.
Meditamos
en el futuro soslayando el presente, lo único real que podemos
palpar, sentir y vivir, con visos espléndidos, tan efímeros, que
otras conjeturas demolerán con renovadas conjeturas.
Mi
existencia es segundo a segundo. Por favor dadme solo ese momento,
mejor, permitídmelo, que nadie programe mi vida, mi yo mismo.
No
es mucho pedir.
Comentarios
Publicar un comentario