¡PUES
VALE!
Ayer
fueron los santos Inocentes .En este país parece que son todos los
días, independiente de aquellos pobres niños que según el relato
bíblico fueron asesinados por el rey Herodes y apartando el sentido
peyorativo que otorgamos a esta palabra, quiero recalcar el vocablo
madre: inocencia. Esta palabra conlleva una serie de sinónimos
maravillosos: sencillez, sinceridad, honestidad, integridad y un
largo etc.
Sería
nuestra página en blanco, la página de nuestra vida. Se nos
presenta virgen, sin borrón alguno, donde lo escrito es
perfectamente legible y no se presta a interpretaciones ambiguas ni
contradictorias. “Lo escrito, escrito está”.
El
mero hecho de una tachadura desvirtúa la belleza del folio, da lugar
a equívocos, puede levantar sospechas, genera desconfianza. A veces
queriendo evitar esta “vista previa” engorrosa lo salvamos con un
post data que puede llevar a desvirtuar todo el contenido de lo
anteriormente expresado en el escrito. No tolera el “donde dije
digo, digo Diego”.
No
cierra ello a que no se consienta cambios de ideas, de sentimientos,
siempre que ello vaya acompañado de raciocinio, de sinceridad,
lejanos los intereses creados, las ambiciones, de segundas
intenciones.
Sus
huellas son imborrables y siempre perdurará bajo la capa del tipex
el mensaje original que un día podrá llegar a ser descubierto por
los investigadores.
Con
certeza firme, que una carilla sin tachaduras comporta una vida sin
doblez, acorde con la sinceridad, adosada a la honestidad, íntegra.
Debería
consistir en un “currículo vitae” exigible a toda persona, más
a quienes tienen ante ellos una responsabilidad en distintos ámbitos,
políticos, educación… sin necesidad de ser extensos y prolijos,
pero hoy en día creemos que esta carta de presentación ha sufrido
una devaluación rayana en la indecencia tanto es así que en
profusión de ocasiones se hace menester su destrucción y el
comienzo de una nueva redacción estereotipada.
¿Porque
hoy en dia en vez de presentarnos a cualquier puesto sobretodo
político inflamos nuestro currículo símbolo inequívoco de que
nuestra realidad no da el mínimo exigido para dicha ocupación?
¿Es
o no es un engaño malintencionado con el que queremos conseguir un
estatus que nos nos corresponde privando a otros de un derecho que
se lo merecen?
Nos
hemos instalado el que todo vale y achacaremos a otros – es una
caza de brujas, se trata de una conspiración contra el fraudulento,
¡increíble! apoyado
por su adlátares – y ¡ancha es Castilla!.
Nos
quejaremos a posteriori de que no somos personas con credibilidad que
somos unos incomprendidos y nos presentaremos con otras promesas
arrogantes, ante personas que reinciden en la ingenuidad.
Y
es más, saldremos adelante aunque a los cuatro días esos mismo
confiados se encabronen y maldigan resultados conocidos de antemano.
¡Pues
vale!
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